ediciones contrabando
Poesía 6
19 x 14,5 cm; 166 págs.
Rústica cosido con solapas
ISBN: 978-84-943944-1-6
DL: V-1130-2015
PVP: 12 euros
De los numerosos libros que ha producido Robert Fitterman este es quizás el más radical y subversivo y, al mismo tiempo, el menos hermético. Heredera y renovadora -pero también profundamente crítica- del movimiento L=A=N=G=U=A=G=E, la poesía de Fitterman parece sustentarse en la relación entre la lengua vernácula y las tendencias poéticas de vanguardia. Sería redundante destacar el aspecto experimental de su trabajo: cada libro suyo es un experimento. En el poema extenso que ahora nos ocupa la tensión entre el concepto que lo genera y el sujeto que sirve para animarlo ha sido llevada al extremo; una sabia dosificación de humor y pathos alivia en ciertos momentos esta tensión. El tema es decididamente no posmoderno e incluso humanista: la soledad del individuo en medio de la muchedumbre urbana de este principio de siglo. El método: utilizar exclusivamente citas provenientes del ciberespacio -fragmentos de blogs, tweets, sms- y arreglarlos en la página según una métrica determinada; en este caso, la calcada del poema de James Schuyler, The Morning of the Poem. El sujeto es un "yo" virtual que podría hacer pensar en la antítesis de Walt Whitman. ("No, un momento. Ajá. Sin duda me odio todavía mí mismo" no es en absoluto un poema autobiográfico.) El resultado es un viaje alucinatorio por una montaña rusa en forma de espiral durante el que -entre risas a veces un poco nerviosas- nos vamos acercando al último círculo de uno de los grandiosos y espectaculares infiernos que han creado las pululantes generaciones de los hombres.
Rodrigo Rey Rosa
Robert Fitterman (St. Louis, Missouri, 1959) es el autor de 14 libros de poesía incluyendo No Wait, Yep. Definitely Still Hate Myself (Ugly Duckling Press, 2014), leer más
Comienzo simplemente: no importa lo que haga, nunca
parezco satisfecho,
El mundo gira y yo estoy fuera
y miro dentro.
Voy por una dona, me siento en la mejor parte
del parque, pero no se trata de
Eso: se trata de que yo me siento socialmente
inadecuado, como si
Me costara trabajo la amistad, y esto me hace sentirme
muy triste y solo.
Soy demasiado sensible y no me gusta sentir que, como lo siento,
no le gusto a nadie.
No sé qué hacer —es que estoy súper cansado
de sentirme así.
Antes la gente me gustaba de verdad —no estaba imaginando eternamente
la montaña rusa de Coney Island
Como si fuera —¿me entiendes?— una metáfora
de mi vida!
Soy feliz por la mañana, pero de noche
enloquezco, enfurezco,
Me siento triste, solo, deprimido y, sobre todo, comienzo a sentir
que no le importo a nadie:
Siento que todo el mundo es egoísta y ruin,
no quiero estar solo
Toda la vida; me da miedo pensar así
Tengo un par de problemas
Personales (quién no los tiene) que dan vueltas
en mi mente desde siempre,
Solo quiero quitarme este peso de encima —
comienza a hacerme sentir
Inútil. Visité Roma y sentí nostalgia,
fui a Greenwich Village
Y sentí nostalgia, vi ese ridículo anuncio musical
de automóviles de
Alquiler y sentí nostalgia —solo quería
sentirme parte de algo. No
Soporto estar más de un día en el diminuto apartamento
de mi amigo: sus muebluchos IKEA me ponen
Triste, me hacen sentirme solo. En tiempos fui súper popular,
era el payaso, muy divertido, de la clase.
Me agarraron tirando los libros de ciencia de primer curso
por la ventana del segundo piso!
Todos me adoraban y yo era feliz y era fantástico
pero hoy soy como una flauta solitaria.
En el colegio escapaba de quienes querían hablarme
o ser mis amigos.
¡Mirame ahora! ¡Ahora soy yo quien quiere hablar
con alguien! Y me dicen:
Si crees que leer poesía puede ser algo triste y solitario
intenta escribirla!